Preguntas frecuentes

¿Se puede trabajar desde la materia Ciencias Sociales la Competencia en Razonamiento Matemático? (la pregunta es extensible a otras materias y otras Competencias).

 

Hay que echar mano de lo estipulado en el Real Decreto 1631, el cual afirma que una materia contribuye a la adquisición de distintas Competencias y una Competencia será fruto del trabajo en varias materias. Igualmente, en el Anexo II de tal Real Decreto se puede comprobar de forma sorprendente que, en el apartado dedicado a la contribución de cada materia a las Competencias Básicas, en determinadas materias se obvia la contribución a determinadas Competencias. Ahora bien, hay que tener en cuenta dos preceptos. En primer lugar tales premisas pertenecen al primer nivel de concreción curricular, que debe ser desarrollado y concretado en sucesivos pasos; en estos pasos puede establecerse una contribución a Competencias que el Real Decreto olvidó. En segundo lugar, y poniendo como ejemplo la Competencia en Razonamiento Matemático, la misma incluye descriptores basados en la capacidad de razonamiento, de argumentación lógica, de deducción, de inducción,… fácilmente abordables desde cada una de las materias del currículo.

¿Se puede aprobar Lengua Castellana y Literatura y suspender la Competencia en Comunicación Lingüística? ¿Y viceversa? (la pregunta es extensible a otras materias y a otras Competencias).

Sería totalmente incongruente e incoherente. Siendo los criterios de evaluación el referente único para determinar tanto el grado de logro de los objetivos de la materia como el grado de adquisición de las Competencias, es de entender que la calificación en ambas debe estar íntimamente relacionadas. Si se da el caso que se plantea en la pregunta fácilmente se puede detectar que se está incurriendo en algunos errores:

Utilizar instrumentos de evaluación distintos para evaluar las competencias (basados fundamentalmente en tareas) y para evaluar la materia (basados en pruebas más memorísticas que de aplicación de conocimientos). Siendo los criterios de evaluación único referente para ambos mundos, también deberán serlo los instrumentos de evaluación que aporten datos del grado de consecución de esos criterios.

Tal y como explica Jacobo Calvo, proponer un único contexto de aprendizaje basado en una comprensión literal, con una implicación meramente memorística, utilizando como único instrumento de evaluación una prueba escrita y asimilando la calificación en la prueba a la calificación en la/s competencia/s.

Utilizar la calificación en determinada materia como referente para la calificación en determinada competencia (por ejemplo, el alumno/a que obtiene una calificación de 9 en Lengua Castellana y Literatura automáticamente conseguirá la calificación de excelente en la Competencia en Comunicación Lingüística). En este sentido hay que recordar dos ideas: por un lado, una competencia se logra como fruto del trabajo en diversas materias; de otro lado, la calificación en cada competencia toma como base el diálogo y la decisión colegiada del equipo educativo

¿Qué peso tiene cada competencia en la calificación de mi materia?

La evaluación es la observación del grado de logro de un conjunto de criterios. Cada criterio de evaluación de la programación será referente para evaluar el grado de una o varias competencias. Luego el peso de cada competencia en la evaluación de la materia será el peso que, en el total de criterios de evaluación, tengan aquellos que sean referentes para valorar el grado de adquisición de tal competencia.

¿Cuándo tengo que calificar las Competencias Básicas?

La calificación de las Competencias Básicas, consecuencia de la evaluación continua que de las mismas se ha hecho durante todo el curso escolar, tendrá lugar en la evaluación ordinaria de junio y extraordinaria de septiembre, siendo fruto de la decisión colegiada del equipo educativo.

¿En todas las Comunidades Autónomas se trabajan las mismas Competencias Básicas?

Sí, las ocho Competencias Básicas tal y como se describen en este manual son trabajadas en todas las Comunidades Autónomas del Estado Español. Sólo un apunte: en Castilla La Mancha se ha decidido extraer algunos descriptores de la Competencia en la Autonomía e Iniciativa Personal y agruparlos en una novena competencia: la Competencia Emocional.

¿Son las Competencias Básicas producto de una moda pasajera?

Es fácil pensar esto analizando los continuos cambios en la legislación educativa ocurridos en las últimas décadas. Aún así, como bien dice José Moya, las Competencias Básicas han venido para quedarse. El proceso de definición y selección de las Competencias trasciende el ámbito nacional y se sitúa en los entornos de la OCDE y UE, por lo que no aparece ligado a un determinado gobierno o signo político.

Antes de la aparición de las CCBB ¿todo lo que hacía hasta ahora en mis clases con mis alumnos/as estaba mal enfocado?

No hay que entender que toda la práctica docente realizada anteriormente a la aparición de las Competencias Básicas sería inválida. Muchos docentes ya enfocaban su tarea docente en un trabajo competencial. La aparición de este nuevo elemento curricular debe marcar un punto de reflexión: atendiendo a las características de una metodología competencial, cada docente debe analizar su práctica, poner en cuarentena lo que hace, para, a partir de esta análisis, decidir qué puede mantener, qué ha de eliminar y qué puede transformar.

 

¿Todas las materias tendrán el mismo peso en el trabajo y evaluación de cada Competencia?

Hay dos elementos que marcan el peso de cada materia en cada competencia:

El contenido de la misma: es obvio afirmar que hay contenidos que dan más pie al trabajo de determinada competencia.

La carga horaria: independiente del contenido, el profesor que más tiempo trabaja con el alumnado es el que mejor puede trabajar y evaluar cada competencia.

Sin embargo, no debe considerarse adecuado que el peso de las materias en el desarrollo de las competencias sea automático, ya que por ejemplo, un profesor puede dar lengua pero dedicarse a realizar clases estrictamente gramaticales por lo cual su impacto real en el desarrollo de la competencia comunicativa lingüística puede ser muy reducido, incluso menor que el de otro profesor que aun no siendo de Lengua, haga que su alumnado aprenda a expresarse y a comprender.